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Aniversario

Cumplir 26 años teniendo 61 es para celebrarlo. El diagnostico de mi propia condición salvó mi vida, y le dio un propósito increíble que indirectamente ayuda a muchos. Los aniversarios de plata se festejan, el mio se me olvidó.

Mi aniversario con el diagnóstico de TDAH, celebrando la oportunidad de elegir.

En 1995, en el mes de marzo, tuve la suerte de encontrarme con los colegas que abrirían la puerta de mi celda. Fue APSA en Bariloche. Donde los escuché organizarse para ir a Miami. Iban a ir al Congreso de la APA,American Psychiatric Association, era el meeting 148 Th. y yo ni enterada, ellos los psiquiatras del CPP, Centro Privado de Psicoterapias me transmitieron entusiasmo y data.

Jamás había recibido información de ninguno de los dos grupos Estando en el Hospital Borda, estábamos algo lejos de Miami, y siendo dispersa Belgrano quedaba trasmano.

Me encantó escucharlos, todos formados como terapeutas sistémicos y cognitivos, hablando desde otro lugar.

Para entonces medio perdida batallando en el diván de una psiquiatra psicoanalista, sentí que corría aire fresco y que no era del Nahuel Huapi solamente. A punto de terminar mi formación como psiquiatra, entre trámites de renovación de pasaporte, visa y coordinación económica con el esponsoreado del padre de mis hijos, me prepare para viajar en mayo.

Recordarlo me trae recuerdos mezclados. Fascinación por volver a viajar, y retomar mi sueño de formarme siendo ya madre de tres hijos. Y estrés por estar lejos en época de clases, después de nunca haberlo hecho, y de los sucesivos tropiezos que marcaron el principio de un viaje que salvaria mi vida, y creo la de muchos otros.

Desde haberme volcado el café en mi pantalón blanco en pleno vuelo, hasta la confusión diaria al enfrentar un libro repleto de opciones y conferencias. Todas divididas en varios niveles de un centro de convenciones, donde me perdí a diario a pesar del esfuerzo.

Y así es que me metí en la conferencia equivocada, ADD era el tema. Era para psiquiatras de niños, y encima yo que jamás había escuchado esas siglas, no me animé a levantarme por creerlo una falta de respeto, compensadora obsesiva.

Gracias a esa conferencia es que descubrí el TDAH de mi hijo, me acerqué al Dr Heydl Peter quien sería encargado en Buenos Aires de su diagnóstico y tratamiento. Yo claramente encontré allí también mi descripción entera, sin embargo no fue sino años mas tarde, cuando me animé a hacerme cargo.

Yo no reunía criterios para el tipo de fracaso escolar muy claramente. Mejor alumna, cuadro de honor en un colegio exigente, bilingüe, y médica. Diploma de Honor ( promedio general 8:21). Allí ser desatenta ganó por lejos, y no por las notas, sino por enterarme seis años mas tarde.

Vivir siendo dispersa, teniendo fallas serias en mis funciones ejecutivas cerebrales, me había costado demasiado. Mucho dolor, soledad, horas excesivas de sistemas para estudiar, y muchas millas de más buscando todo lo que perdía. La impulsividad, me llevaba a cometer mas errores por minuto, a tener mas inquietudes abiertas, a tomar decisiones sin pensarlas demasiado, como comprar todos los libros que decían ADD en ese viaje, pagando una maleta de sobrecargo.

Ese viaje, salvó mi vida. A partir de alli es que fue abriendose una nueva etapa. La de mi renacimiento. Teniendo 35 años entonces, si pongo el contador en 0, este aniversario me permite celebrar mis 26 años de mi nueva vida. Mil cosas no pude cambiar, de muchas decisiones me arrepentí y me hice cargo.

Pero hoy celebro haber podido elegir este camino de aceptación y cambio constante y a partir de allí el de ayudar a tantos otros a sacarse el lastre de sentirse torpes, inmaduros, tontos, inestables o fracasados.

Con Uds. celebro el mejor error de mi vida.

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