Categorías
Publicaciones

Cuando «Casi en todo» es peor que nada.


Trabajo desde muy joven. Estudiar y trabajar fue algo que siempre hice. Animé fiestas infantiles, dibujé planos, di clases de inglés, hasta recibirme de médica.
Sin embargo hacerlo fue una garantía de estrés permanente. Malabarista y estratega por entrenamiento, me costó muchísimo enfrentar el trabajo con  la responsabilidad que una vida implica. Las cosas hubieran sido muy diferentes de haber sabido que padecía TDAH. Todo adulto debe lidiar con el objetivo de generar el ingreso para sostener una vida independiente y sentirse valioso es una consecuencia que puede no acompañar este proceso. Muchas personas no logran entrar en esta instancia y aunque les cueste creerlo yo fui una de ellas. Me inundaba el miedo a dañar a alguien, cuando me había preparado para ayudar. Con mi torpeza motriz ya había enganchado la bandeja de medicación en pediatría, tirando todo al piso, todo. Había descartado un cono de biopsia entre varias gasas, había olvidado una paciente en posición ginecológica y no había regresado. Fui elegida para formar parte de un equipo de esterilidad y en menos de cinco meses estaba coqueteando con la Psiquiatría.
Mi empeño y la necesidad de encontrar lo que realmente amaba, me ayudó a volver al ruedo. Vuelta a la salida, me dije. Casi como cuando dejé arquitectura.

Casi..

El diagnóstico y la medicación en mi caso ayudaron muchísimo, pero insisto que vivir con TDAH requiere de mucho más que su tratamiento medico.
Requiere aceptación, adaptación y mucha resiliencia.
Cuando alguien capaz, inteligente, con muchos talentos no logra ingresar al carril laboral como merecería me duele y mucho.
Yo agradezco a diario por mi trabajo, aun sabiendo que sería 10 veces más efectiva de no haber tenido TDAH, agradezco la tutoría inteligente de mi padre.
Me duele ver como personas brillantes, van empezando y abandonando metas, y encuentran en el subempleo un clásico. 

“Casi ingenieros”, “casi docentes”, “casi técnicos”. Ir fugándose de diferentes carreras, les da mucha experiencia inconclusa. Los deja en puestos de trabajo de relleno, donde alguien (que obviamente se beneficiará de su inteligencia), no está dispuesto a darle espacio sin acreditación.

 Allí es donde digo que “Casi en todo”, es peor que nada.

Si leiste bien. Porque llenar formularios, actualizar CV, se acompaña de una vivencia de frustración. Esa persona sabe que tiene la inteligencia para comprender aquello que estudia, pero no logra encajar en el sistema de exámenes, entregas, presentismo, o en forma autodidacta aprende más y de forma menos aburrida.
Esto es una de las razones por la que veo en las consultas los frecuentes intentos del mes de marzo.

Cada año lectivo es una esperanza de reciclaje. Cambios de carrera, cambio de rumbo, nuevos proyectos, nuevos planes, sueños reeditados, hasta que muchos quedan en pausa. Algo así como un mecanismo de supervivencia, donde cambiar les renueve las esperanzas de salir del pozo “de la nada misma”.

Si nunca oíste hablar del TDAH, pero te suena, informate. Tal vez en lugar de empezar una nueva búsqueda laboral, te encontras con un diagnóstico y obvio la posibilidad de un tratamiento. Nunca es tarde.

Buen fin de semana.

Categorías
Publicaciones

Cuatro T para el TDAH en el espacio laboral

Hablamos de las Disfunciones Ejecutivas Cerebrales en el adulto con TDAH y es inevitable pensar en el impacto laboral que ejercen.

Muchas características presentes en ese ámbito ya se presentan en las aplicaciones y entrevistas.

Suele ser frecuente ver en el CV un recorrido interesante. Varias carreras, no todas inconclusas, pero sí en áreas no vinculantes. Mudanzas, viajes, múltiples cambios. 

O nada de todo esto, ningún certificado, y logros tangibles, pero erráticos.

Si algo podemos decir de un adulto con TDAH, es que seguramente, será interesante. Aún con un perfil desatencional no pasará desapercibido..

Pueden ser hiperactivos y girar sin dirección, pueden tener grandes aperturas de juego y perderse dentro de la partida.

Pueden ser motivadores, líderes entusiastas u otorgar a otro ese liderazgo : cuando es por consenso no por imposición.

Hay quienes son workaholics, multitaskers, online 24-7, novelty seekers, pero no pueden relajarse.

Pueden ser carismáticos, vitales, solidarios, predispuestos y contagiar a todo el entorno de su energía. A veces necesitan la aprobación constante y fallan en la puesta de límites.

Pueden ser promotores de ideas geniales, out of the box thinkers, grandes visionarios. Rompen con paradigmas establecidos, piensan en forma asociativa. Tan bueno como peligroso si hacen complejo lo simple.

No todo es negativo, cuando un adulto tiene TDAH.

El tema es para mí es siempre muy interesante. 

¿Podríamos entrenarnos en visualizar en los perfiles laborales cuando estas características requieran una mirada mas profunda?

Aún con muchos talentos, a veces el problema es la diversificación de foco.

Un adulto con TDAH puede ser consistentemente inconsistente, marcando como lo único predecible el no serlo.

Crear buenas bases de trabajo implica poder tener una estructura que ayude a aprovechar tantas cualidades. Una estructura que contenga aquellas situaciones que son responsables de generar esa sombra que opaca su creatividad o estilo. Una estructura sin embargo que no les haga sentir presos, ni limitados.

Ser consistente con el rol, la situación y con la imagen.

Algunos desafíos a tener presente:

Llegar a horario, y hackear el ausentismo.

Manejar las dispersiones, y el largo plazo.

Bajar las ideas al papel y desarrollar trabajo por etapas. Sosteniendo la motivación y manejando la frustración frente a los obstáculos.

Cumplir con tareas y deadlines, sin perderse en el trayecto.

Lograr la 4 T: Tiempo,Técnica, Tarea, Team. Trabajar en equipo puede ser un desafío. Ni jalar al resto ni empujarlo, lo que aplica para ellos mismos.

Lograr mas autonomía en la ejecución de las tareas, los ayuda a sostenerlas, pero es un delicado equilibrio: Sin cierta libertad parten a otro sitio y con libertad plena se pierden.

Hacerse cargo de las consecuencias de situaciones generadas, sin excusarse. Es tan negativo dar interminables explicaciones como evitar dar una. 

Entonces manejar una buena dinámica comunicacional, y desarrollar herramientas para resolución de conflictos será el desafío.

Ser responsable es una buena marca personal. 

Cuando un adulto con talentos no funciona a la altura de sus capacidades, tal vez la respuesta está en descartar TDAH como posible factor intercausal.

Entender que el TDAH no es cosa de niños es algo valioso. ¿No te parece?